“En el mundo del jazz, no faltan las conversaciones sobre las voces individuales de los músicos, cómo este saxofonista o ese pianista es reconocible al instante sobre la base de una sola nota o acorde.
La música clásica no es tan conocida por un individualismo tan absoluto, pero sigue ahí. Un buen ejemplo se puede encontrar en el clarinetista Anthony McGill, un hombre con voz”.